#2 Guía para lograr un growth mindset

Denise Valiente

Con algunos pequeños hábitos diarios podemos empezar a transformar nuestra forma de pensar y acercarnos a nuestros objetivos.

Te dejamos algunas prácticas que podes incorporar desde hoy:

1. Practica la gratitud todos los días

Empieza o termina tu día con una lista de tres cosas por las que te sientas agradecida. Esta práctica no solo mejora tu bienestar emocional, sino que también te ayuda a enfocarte en lo positivo en lugar de lo negativo. Al cambiar tu mentalidad hacia la gratitud, crearás una base emocional más fuerte para superar los desafíos que surgen al intentar establecer nuevos hábitos.

2. Usa afirmaciones positivas

Las afirmaciones son frases que repetimos para reforzar una mentalidad positiva. Tomate un momento cada día para decirte cosas como: "Estoy en el camino correcto para crear hábitos saludables", o "Cada día soy más fuerte y capaz de lograr mis metas". Las afirmaciones ayudan a reprogramar tu mente, enfocándola en lo que sí es posible, en lugar de lo que podría ser un obstáculo.

3. Enfócate en el progreso, no en la perfección

Uno de los mayores bloqueos que enfrentamos al intentar hacer cambios es el miedo al fracaso. Si no alcanzamos la perfección, creemos que no hemos logrado nada. Cambia este enfoque y celebra cada paso pequeño hacia adelante. Ya sea que hayas hecho una comida más saludable hoy o que hayas realizado una caminata corta, cada progreso cuenta. La mentalidad de crecimiento se cultiva celebrando esos avances, no esperando perfección.

4. Medita 5-10 minutos al día 

La meditación es una excelente herramienta para calmar la mente y reducir el estrés. Al dedicar un tiempo cada día a la meditación, incluso si es solo por unos minutos, podrás reducir la ansiedad y mejorar tu capacidad para manejar las emociones difíciles. Esto no solo es beneficioso para tu bienestar general, sino también para mantenerte enfocada y comprometida con el cambio de hábitos a largo plazo.

5. Reemplaza pensamientos negativos por positivos

Todos tenemos pensamientos autolimitantes que surgen cuando tratamos de cambiar algo en nuestra vida, como "No puedo hacerlo" o "Nunca voy a lograrlo". El truco está en reconocer esos pensamientos y sustituirlos por afirmaciones más constructivas. Por ejemplo, si pensas "No tengo tiempo para hacer ejercicio", cambia a "Puedo encontrar 15 minutos para moverme hoy". Esta práctica diaria te ayudará a cambiar gradualmente la narrativa interna hacia una de más confianza y acción.

6. Establece un pequeño hábito saludable cada día

Si no sabes por dónde empezar, elegí un pequeño hábito que puedas incorporar a tu rutina diaria. Puede ser algo tan simple como tomar un vaso de agua cuando te despertas o usar las escaleras en lugar del ascensor. A medida que vayas logrando estos pequeños hábitos, tu confianza aumentará y empezarás a ver que hacer cambios saludables no es tan difícil. Poco a poco, se irán sumando más hábitos.

7. Planifica tu día con intención

Tomate unos minutos cada mañana para planificar tu día. ¿Qué pasos podes dar hoy para acercarte a tus metas? Al hacerlo, no solo organizas tus actividades, sino que también alineas tu mente con tus objetivos. Por ejemplo, si tu meta es comer más frutas y verduras, planifica las comidas del día y asegúrate de incluir al menos una opción saludable en cada una.

8. Rodeate de inspiración positiva

Lo que vemos y escuchamos tiene un impacto directo en nuestra mentalidad. Si estás rodeado de mensajes negativos o personas que no apoyan tus objetivos, será mucho más difícil mantener un enfoque positivo. Intenta llenar tu entorno con cosas que te inspiren: seguí cuentas de bienestar en redes sociales, lee libros motivacionales, o compartí tus metas con personas que te apoyen.

9. Acepta que no todos los días van a ser perfectos

El cambio de hábitos no es perfecto. Habrá días en los que no te sientas motivada o no sigas tu plan. Es importante recordar que los "errores" son una parte normal del proceso y no definen tu capacidad de éxito. Cada vez que falles, usa esa experiencia como una oportunidad para aprender y mejorar, en lugar de caer en la frustración. La mentalidad de resiliencia es fundamental para no rendirse.

10. Celebra tus pequeñas victorias

No dejes que los pequeños logros pasen desapercibidos. Cada vez que consigas hacer algo positivo para tu salud, como elegir una opción de comida más saludable o hacer ejercicio aunque sea por poco tiempo, reconoce ese esfuerzo. Celebrar esos logros refuerza tu mindset positivo y te da más motivación para seguir adelante.